Autor
teatral sueco, considerado con frecuencia como el mejor escritor que ha
dado ese país escandinavo.
Nació en Estocolmo el 22 de enero de 1849, hijo de un noble arruinado y
su sirvienta. Después de cinco años de asistencia discontinua a la
Universidad de Uppsala, pasó por distintos trabajos en Estocolmo, tales
como maestro, actor, periodista y bibliotecario. Por lo general, los
críticos dividen su producción literaria en dos categorías, la
naturalista y la expresionista, que coinciden con las dos grandes etapas
de su vida, separadas por un periodo totalmente improductivo
(1894-1896) durante el cual, el autor vivió en París, sufrió una
enfermedad mental y asistió al final de dos de sus tres desdichados
matrimonios.
Los primeros trabajos de Strindberg, la mayor parte de ellos novelas y
obras de teatro, son estrictamente naturalistas, producto de una
reacción contra los excesos del romanticismo en la literatura sueca.
Aunque ya había escrito numerosas obras de teatro en la década de 1870,
no se le valoró hasta la publicación de la novela La cámara roja
(1879), una sátira feroz de las instituciones y la situación de su país
en aquella época. Entre las obras importantes de esta etapa naturalista
destacan El padre (1887), una tragedia doméstica que evidencia uno de los temas favoritos del autor, la crueldad inherente al matrimonio; La fuerte
(1889), obra en un acto que trata de dos mujeres, una de las cuales
escucha en silencio las compulsivas confesiones de la otra; y La señorita Julia
(1889), un punzante análisis del desafortunado encuentro sexual entre
un ambicioso lacayo y la hija neurótica de un conde, que fue adaptado
para el cine en 1951 por el director también sueco Alf Sjöberg, y sobre
el que se escribió una ópera en 1965, obra del compositor norteamericano
Ned Rorem, y un ballet (1950) puesto en escena por la coreógrafa sueca
Birgit Cullberg.
ARTHUR MILLER
(Nueva York, 1915 - Roxbury, Connecticut, 2005) Dramaturgo estadounidense. Autor de obras emblemáticas como La muerte de un viajante y Las brujas de Salem,
y ganador en dos ocasiones del premio Pulitzer, Arthur Miller está
considerado como uno de los mejores dramaturgos del siglo XX. Escritor
comprometido, Miller supo trasladar a los escenarios el conflicto del
ser humano y el espíritu crítico, arremetió contra el masificador
antihumanismo estadounidense, se acercó al marxismo, para después
criticarlo, se opuso activamente a la “caza de brujas” del senador
McCarthy y denunció la intervención estadounidense en Corea y Vietnam.
Su nombre fue sinónimo de audacia y de ruptura, tanto temática como
estructural.
Arthur Asher Miller nació en Nueva York
el 17 de octubre de 1915, tercer hijo de un matrimonio de emigrantes
austríacos formado por Isidore Miller (un fabricante de abrigos judío
que se arruinó durante la Gran Depresión) y Augusta Bernett. Se graduó
en la Abraham Lincoln High School y para pagarse los estudios de
periodismo, que cursó en la Universidad de Michigan, trabajó en una
radio local, en un almacén y como editor de noche en el Michigan Daily.
Poco antes de obtener la licenciatura, escribió Todavía crece la hierba
(1938), una comedia que le valdría los primeros reconocimientos. Tras
finalizar sus estudios, regresó a Nueva York y se inició en la escritura
de seriales radiofónicos.
La década de 1940 supuso
un período de cambios para Miller. Por un lado, en 1940 contrajo
matrimonio con su novia de la universidad, Mary Grace Slattery, con la
que tuvo un hijo, Robert, y una hija, Jane, y por otro se consolidó como
escritor. Después de debutar en Broadway con El hombre que tuvo toda la suerte del mundo, una comedia de escaso éxito comercial, pero que le proporcionó el Theatre Guild Award en 1944, curiosamente fue una novela, Focus (1945), un alegato contra el antisemitismo, la que le reportó su primer éxito.
Influido por Ibsen, Miller mostró su preocupación por la sociedad que le rodeaba y su problemática en Todos eran mis hijos
(1947), donde abordó la actividad de los que se aprovechan de la
guerra. La obra obtuvo el premio de la Crítica de Nueva York en 1948,
inscribió al autor dentro del realismo norteamericano de su tiempo y
supuso su espaldarazo definitivo.

HENRIK IBSEN

A
los veinte años era ya un librepensador, entusiasmado con las
insurrecciones populares que estallaban en toda Europa. En 1850 fue a
estudiar a Cristianía (hoy Oslo). Noruega era por esa época un país
regido políticamente por Suecia y culturalmente por Dinamarca. En 1853
aceptó el puesto de director y dramaturgo de un nuevo teatro en la
ciudad de Bergen y cuatro años más tarde volvió a Cristianía para
dirigir otro teatro que en 1862 cerró por problemas económicos.
Este
fracaso marcó el comienzo de una nueva época en su vida. Cansado de lo
que consideraba estrechez de miras de su país natal, partió a un exilio
de veintisiete años por Italia y Alemania, período durante el cual
escribió el grueso de su obra. Ya en el pináculo de su fama volvió a
Noruega y en 1900 sufrió el primero de una serie de ataques de
apoplejía, que afectaron su salud física y mental. Falleció en 1906 y
fue enterrado con honores de jefe de Estado.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Poeta y dramaturgo español. Los primeros años de la
infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el ambiente rural de
su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un colegio de
Almería.
Continuó sus estudios superiores en la
Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en
derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla, quien
ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el
folclore y lo popular.
A partir de 1919, se instaló en Madrid, en la Residencia
de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, y trabó
amistad con poetas de su generación y artistas como Buñuel o Dalí. En
este ambiente, Lorca se dedicó con pasión no sólo a la poesía, sino
también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro.
Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso.
En 1921 publicó su primera obra en verso, Libro de poemas,
con la cual, a pesar de acusar las influencias románticas y
modernistas, consiguió llamar la atención. Sin embargo, el
reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con
la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama patriótico.
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